domingo, 21 de octubre de 2012




Maíz Paisa


Mariana Rivera Zapata


Entre las plantas de café existen cientos de historias por contar, pero no solo de campesinos, sino también de los cultivos que se encuentran alrededor de ellos, y que de una u otra forma han creado tradiciones y culturas en la sociedad. Esta vez hablaré sobre el pan indígena o como todos lo conocemos el maíz. Ese cultivo que tiene dios, calendario, mitos, leyendas, tradiciones, canciones, rituales, fiestas, carnavales; que parece hecho por manos del mejor artesano, y al quitar su mazorca para después deshojarla, hace brotar la mejor sonrisa de oro para nuestra contemplación. Su origen tiene aun muchos interrogantes y su historia en suelo colombiano es de miles de años atrás que el café, pero al servirlos juntos forman una explosión para el deleite de nuestro gusto.


Devolvámonos al tiempo donde las abuelitas contaban con huertas caseras, las familias eran numerosas y el corazón del hogar era la cocina, ¡Ah! la cocina, una de las cosas que más llamaban la atención eran las siete comidas: Tragos, desayuno, medias nueve, almuerzo, algo, comida y merienda; entonces ahí si era la gran explotación del maíz…que la coladita para quedar bien alimentado, o mejor una tortica de choclo para calmar la fatiga; si no quería torta, se le daba arepa y si el problema era de dulce mejor la chancarina y la chancaca. Para el almuerzo una sopita de cuchuco o mejor una de maíz curado, si no tenía ganas de sopa entonces un tamalito, de sobremesa su buena mazamorra con panela,  y para la comida un buen subido o un envuelto con cafecito, y por último palomitas. Éstos son algunos de los muchos platos que se pueden preparar a base de maíz y gracias a ellos un desconocido se volvía parte de la familia.


Cuando llegaba diciembre más de uno quedaba encalambrado en el proceso de la natilla, “a molerla y a batirla” decían las madres, mientras ellas preparaban la masa para los buñuelos. La preparación era en la paila más grande de todas y con la típica cuchara de palo, y no se le podía ocurrir cambiar a la persona que la batía porque la natilla se dañaba. Se tomaba todo el día su preparación, y había que hacer de más porque cada vecino tenía que quedar con su plato navideño. Se degustaban las natillas de todos los hogares, todas únicas y con su toque especial, pero tenían algo en común, que era hechas  con mucho amor.


El proceso para tener maíz en el hogar no se queda atrás, era algo de dedicación y paciencia. Los calendarios para sembrar cultivos de maíz fueron un legado de nuestros antepasados indígenas. Con el pasar del tiempo, muchas familias que contaban con huertas o fincas tomaban éstos conocimientos y sabían los meses correctos para manejar sus cultivos. Aprovechaban también la sombra y la tierra fértil del maíz para sembrar el café por los alrededores y se beneficiaban al tener los dos productos en la mesa familiar, de éste modo formaron de un paisaje admirable. Actualmente se han perdido muchas de las huertas, no sólo porque las familias se han transformado y ya no tienen tiempo para dedicarse a cultivar, si no porque los monocultivos empezaron a invadir los terrenos, no se puede descartar que muchos sevillanos sigan trabajando para no dejar perder este gran sustento de alimentación y la variación de cultivos. Ésta es un situación que no solo se presenta en nuestro municipio, también se da en diferentes regiones colombianas, por no decir que en todas.


El maíz además de cumplir un papel importante en el hogar, es también el sustento de muchas de las personas que encontramos a nuestro alrededor. Si caminamos por las calles de Sevilla encontraremos múltiples puestos y negocios de arepas con formas de todos los tamaños, colores y preparaciones. Mientras saboreamos una arepa con mantequilla y vemos como la señora con el sudor en su frente aviva las llamas con la china y aguanta el calor intenso del carbón, también podemos escuchar las historias de los que llegan, vemos rostros nuevos, haciéndonos conocidos de los desconocidos, nos enterarnos de lo que pasó la semana pasada en el pueblo, invitamos a nuestra pareja o familia a que pase un momento agradable junto a nosotros, todo eso en cuestión de minutos.

                               

El café y el maíz tejieron las historias de nuestras familias mediante sus cultivos, su procesamiento, su distribución, su preparación y por último al ser degustados… un sin fin de recuerdos nos llevan a la reflexión de su permanencia en el transcurso de nuestras vidas, tanto, que pasan desapercibidos y su presencia pierde la importancia para muchos. Se encuentran muy unidos, son el complemento ideal para una deliciosa comida, se ayudan el uno al otro, son de gran importancia en la economía sevillana, ayudan y hacen parte de nuestra identidad y de nuestras memorias… se podría decir que son la pareja ideal, un matrimonio que da felicidad.

FIN






Dulce memoria de un jeepero
Valentina Rangel

Hundido entre inmensas montañas, en la pálida tarde Don Fausto  Regresa a su añorado pasado donde sus pensamientos se hunden  tras de un volante. Su recuerdo transita en la niebla luchando por aceptar que ha pasado el tiempo y que sus hilos de plata y surcos en su cara son los estragos de su vida agitada.

Ahora, en su garganta crecen sordos los gritos por contar su historia manchada de un motor tosco que dejo sus manos ajadas de tanto trabajo. Su rostro expresivo curtido por mil soles y las estrellas iluminando el valle lo incitan hablar de su pasión pecadora.
 Pinta una sonrisa desolada y dice:
 “Tengo un alma postrada ante el recuerdo de una pasión que perturba mi calma cuando muere el día sobre mi espalda”.

Estoy aprendiendo a morir a orillas de mi dulce memoria, Yo regreso todos los días a mi niñez extrañando los caminos marcados por cada grano de café , llevando en mi corazón el movimiento tosco de miles de carros, es allí donde se me quiebra el tiempo entre las manos.

Y aun así solo míos fueron los días de climas extrovertidos, silencio sano y oxigeno puro donde me concentre en el paraíso del volante, con los jeep alimente mis noches y mis días, desvele mis sueños jugué con agujas inquietas, dos palancas, luces fugaces  la doble y el bajo.

Morían las noches y las madrugadas florecían y el sol aun no había salido de su cascaron, yo calentaba el motor, y con una chispa de satisfacción que me encendía el alma arrancaba mi fugaz pasión, que me acompañaba incondicionalmente, incluso con más fuerza de trabajar en los días grises que rebelaban las carreteras.

El tiempo nunca se detenía y el camino fue testigo de las manchas rojas del atardecer causadas por  hombres uniformados del gobierno y los muertos se perdían en los diarios. Solían ser livianos. Yo prefería mi silencio que una tumba.

Pasaba noches enteras desnudando el motor, alistando el liquido de frenos, revisando que todo estuviera en su lugar para volver a madrugar, y sentir la neblina o contemplar el esplendoroso paisaje donde se iluminaba cada racimo de plátano verde biche  que combinaba perfecto con el azul claro de el cielo que a de parecerme infinito.

Madrugaba puntualmente a recorrer mis rutas asignadas y cuando  terminaba mi jornada diaria, regresaba al cuadradero donde doña Anita me gritaba desde el fondo Saaaaangre yucaaaaa, veni por tu café. El aroma suave y colado me retenía y terminaba de morir el día perdiendo mis pensamientos en los sorbos de un café.
Doña Anita me solía decir sangre yuca, por mi piel blanca y rostro de aspecto fantasmal, la gorda era imprudente y bajo su inmensa piel no guardaba grasa si no chistes. Olía a jazmín, utilizaba un labial verde y cuando estaba triste comía por veinte, (parecía que todos los días estaba triste).

Después de los buenos cafés de doña Anita, yo regresaba a mi hogar abría la puerta y el piso rechinaba porque la tabla no estaba bien puesta. Cierta bella humildad se transpiraba, y escuchaba a mi madre en su caminador dar cada paso con delicadeza para no dañar aquellas uñas tan largas, que denotaban los años sin arreglar, la causa de esto pudo ser su falta de vista o audición. Ella solo se preocupo por envejecer, se encontraba en un silencio apacible y yo me reencontraba con mi cama donde estaba floreciendo la noche y la madrugada aun seguía en su siesta.

Así se fue consumiendo el tiempo de don Fausto, los minutos jugaron con sus horas y sus horas con sus días, hasta ser arrebatada su pasión de sus manos ajadas. Se fueron agotando sus momentos y comenzó a caminar lento, añorando un infarto como su adiós final y ahora sus miembros se sacuden en un ataúd de madera pensando en que no le dijeron cuando ya no puede escucharlos, su deseo se concedió don Fausto murió, que en paz descanse. Hoy es 21 de Octubre hace poco más de tres días Don Fausto se fue, a él Agradecimientos por su incondicional ayuda para escribir sobre él.




Cosechando hip-hop desde el balcón del valle


Jhon Freddy Grisales Galvis
José Alexander Pavas Ocampo

La red de Hip-Hop Sevilla es el resultado de un gran sueño tejido por niños, jóvenes, mujeres y adultos, que por muchos años entregaron gran parte de su vida para que se reconozca y empodere la cultura del Hip-Hop que se caracteriza por ser crítica, participativa y reflexiva. Esta cultura se ha ido tomando el corazón de la gente de nuestro municipio.
Durante el 2010 una época en que los grupos exponentes del Hip-Hop Sevillano se encontraban con grandes diferencias y conflictos entre ellos mismos y otros grupos juveniles, nació una nueva propuesta de organización artística impulsada por los grupos Sueños Urbanos y Revolución Rap, quienes para este entonces contaban con una buena cantidad de integrantes los cuales convergen actualmente en escuelas de Hip-Hop.

Estas escuelas estuvieron ubicadas en la casa de la Fundación Casa de la Cultura y en el barrio Brasil. Uno de los objetivos principales trazado por la red consistía en desarrollar un encuentro regional de hip-hop que hoy lleva por nombre Conciencia urbana, unidos por la paz. Este encuentro tenía como metas vincular nuevos grupos artísticos a la red y sentar una voz de inconformidad de parte de los jóvenes frente a actos de violencia que se generaron a finales de 2010 y principios de 2011 en el municipio. El evento fue desarrollado de manera exitosa el 8 y 9 de abril de 2011. Como resultado de este espacio de intercambio, se evidenciaron varios avances en la corriente del Hip-Hop como: se vincularon a la red más niños y jóvenes, se visibilizó a nivel regional y nacional la experiencia del proceso de Hip-Hop sevillano, además, ingresó otro de los grupos del municipio Ritmo del alma a esta organización, y por último se logran tejer mejores relaciones con los grupos de Hip-Hop del Quindío y el Valle del Cauca.

En el 2011 la red de Hip-Hop logró fortalecer sus alianzas con organizaciones municipales como la Fundación Comando de los Sueños y se relacionó  con otros procesos de cobertura regional y nacional como la Red de artistas populares del suroccidente RAPSO, proceso que la red de Hip-Hop ha  venido impulsando.

En este mismo año los integrantes de la red participaron de escenarios sociales y culturales en diferentes lugares del territorio colombiano, compartiendo su propuesta artística y social.  Así mismo,  se continúan fortaleciendo los procesos de formación de los tres grupos base pertenecientes a esta organización.

A finales de este mismo año y principios del 2012 la red de Hip-Hop planificó el desarrollo del Segundo encuentro regional de Hip-Hop el cual se asumió como un reto a los problemas económicos para solventar este evento. Para los días 13, 14 y 15 de abril se desarrolló exitosamente el evento, generando un mayor reconocimiento y relación con otras agrupaciones. Este encuentro artístico se enfocó en ser un escenario de reflexión y socialización alrededor de la capacidad que posee el arte y la cultura popular para avanzar en la solución del conflicto social y armado colombiano. 

La red continua  con las escuelas de formación artística en los barrios mas vulnerables del municipio y acompañando eventos y procesos de múltiples organizaciones con la incesable labor de fomentar el desarrollo cultural en nuestro país.







El monumento Alto de la Cruz


María Alejandra Molina Franco

Se trata de la historia contada por uno de los constructores del monumento Alto de la Cruz: mi padrastro Campo Elías Orjuela. Aquí, él narra las anécdotas que sucedieron en su elaboración, quienes fueron los trabajadores, los problemas que enfrentaron al hacerlo y el dinero pesos y medidas que gastaron en su construcción.

La cruz se construyó en el barrio el Porvenir, por ser éste el más alto  y más apropiado para la construcción de la cruz, ya que se ve desde el pueblo, desde valle y desde la montaña  es decir cubre todos los ángulos del pueblo.

En los años cincuenta ya había una cruz  allí, no en cemento pero si en laurel -árbol que es característico de Sevilla- no pidieron permiso para hacerla en la primera ocasión ya que la mayoría eran propietarios del espacio que ocupan. La idea de construir el monumento fue de las profesora Teresa y Rosmira Ospina quienes eran vecinas de este lugar.

La CRUZ   no se puede mover de allí ya que pesa  (100) toneladas. Cuando empezaron la excavación  para los cimientos de la CRUZ  encontraron una osamenta al parecer canina.  Su propósito era otro,  siguieron la excavación  que fue de 6x6 metros de diámetro.

Un hecho que marco a los habitantes del barrio porvenir y el alto de la CRUZ fue cuando el consejo municipal decidió que esta sería la nueva zona de tolerancia, así que se tuvieron  que acomodar a la nueva ley y vivir en paz con los burdeles que aun siguen existiendo en ese barrio.

Los fondos para financiar  los materiales, refrigerios, mano de obra, fueron con la colaboración de todo el pueblo. Para recoger los fondos para la construcción  del monumento alto de LA CRUZ  se realizaron festivales de música campesina, se vendieron empanadas,  gallardetes,  hubo presentaciones de artistas sevillanos  en el teatro real y un reinado infantil. Las actividades  se llevaban a cabo cada 15dias así que esto hizo que se prolongara la construcción del alto de LA CRUZ  por cuatro meses más hasta tener los fondos necesarios para empezar la obra la persona que dio mayor presupuesto fue el MAESTRO CORRALES. 

La cruz tiene de base (6*6) metros de diámetro  por dos metros de profundidad. El cimiento se llevo diez volquetadas de  piedra,  balastro, arena, hierro,  y alambre. Cuenta con un peso   aproximado de cuarenta 40 toneladas es mucho más  fuerte la parte vertical  y horizontal. Emplearon para el andamiaje  que quedo de 19mt de altura y 9mt de brazos, con diámetro de 60x90 y se emplearon 60 guaduas  de todo su largo, 62 tablas de piso, 32 listones, 30 ks  de alambre, 25 libras de puntilla, 3 volquetadas de balastro, 110 kilos de hierro de pulgada y los fletes de tres octavos, además 114 sacos de cemento. 

La mano de obra no fue difícil ya que había demasiada colaboración de parte del pueblo. Siempre en la construcción habían mas de 30 personas  todo lo hicieron a mano ya que no  habían maquinas que los ayudaran. Los lazos las vasijas se las prestaban  la estación de bomberos y los vecinos las escaleras la hicieron con guaduas  enteras tenían instalados altavoces y cuando necesitaban algo  lo pedían  por este medio.

La persona responsable para recoger los fondos para pintar el alto de LA CRUZ fue la señora JULIA ORJUELA  quien hizo una rifa de un cuadro de la virgen del Carmen que les dono foto. En ese tiempo un almacén de fotografía  vendió toda la boletería pero el ganador nunca reclamo su premio así que se dono en beneficio del monumento.

La inauguración se llevo a cabo el día 3 de mayo de 1961 con una misa campal a la cual acudió mucha gente  el padre parra fue el que celebro la misa y declaro inaugurada y bendito el monumento el ALTO DE LA CRUZ.

La junta directiva o junta cívica en pro a la construcción  el ALTO DE LA CRUZ


CAMPO ELIAS ORJUELA SANCHEZ=PRESIDENTE
HECTOR ANTONIO LONDOÑO===VICE-PRESIDENTE
BERNARDO GOMEZ===TESORERO
ROSMIRA OSPINA=====FISCAL
EZEQUIEL OSORIO======SECRETARIO 

sábado, 20 de octubre de 2012



SOBERANÍA ALIMENTARIA FAMILIAR EN EL PCC
Corregimiento de San Antonio,Sevilla - Valle del Cauca,

Juan Camilo Cortés González

El poblado de San Antonio es uno de los principales corregimientos de tradición cafetera del municipio de Sevilla en el Valle del Cauca,por tanto hace parte del territorio del Paisaje Cultural Cafetero, incluido por la UNESCO en la lista de patrimonio mundial en el 2011.San Antonio fue edificado a través de los procesos migratorios provenientes de diferentes partes del país, como la Colonización Antioqueña que durante su desplazamiento establecieron dispersos poblados sobre la Cordillera Central en el siglo XIX ,enriqueciendo la etnicidad cultural Vallecaucana.

Estos primeros poblados como San Antonio basaron su sustento en la producción agrícola,que se vio fortalecida por la fuerza de trabajo de sus crecientes núcleos familiares y el aprovechamiento de la gran disponibilidad de recursos naturales brindados por el ecosistema Andino. Cultivando especies como el maíz, fríjol, siembras de raíces y tubérculos entre una gran variedad de hortalizas, frutales y medicinales, mantuvieron un frágil equilibrio entre la diversidad biológica presente en la región y los sembradíos establecidos por los colonos. Satisfaciéndose de esta manera las necesidades alimenticias de los campesinos antioqueños. Estos cultivos fueron coordinados con parcelas de una importante especie que se convirtió en la solución a las dificultades de la economía exportadora del país a finales del siglo XIX y comienzos del XX, “el café” una baya descubierta al norte de África e introducida en América a través de la Guyana Francesa, que se extendió  a Venezuela y posteriormente llego a Colombia.

Estos nuevos asentamientos impulsaron su desarrollo a través de la producción de diferentes tipos de alimentos, producción que fue disminuyendo gradualmente ante la concentración del campesinado en el cultivo de café, el cual se adapto fácilmente a las condiciones de los suelos montañosos de la Cordillera Central. 

La producción de café en Colombia como actividad económica inicio en los Santanderes donde fue una actividad productiva de hacendados, que disminuyo entre 1910 y 1930 por el aumento de los costos de producción y manejo de grandes extensiones. En este sentido este cultivo era más rentable a pequeña escala, pasando a ser una actividad más productiva para las emergentes familias campesinas, étnicamente diversas y llenas de valores culturales. Naciendo con la llegada de la despulpadora manual una de las agroindustrias rurales más importantes del país. Entre 1940 y 1970 la industria cafetera colombiana tuvo distintos avances y obstáculos. Presentándose en 1970 uno de los hechos más marcados en la historia cafetera, la llegada del modelo caturra a libre exposición, que trajo consigo plagas como la roya y la broca, como resultado del desequilibrio ambiental que se ocasiono para beneficiar este variedad. Ya que se tuvieron que sacrificar los cultivos que conformaban la alimentación campesina y gran parte de la biodiversidad presente, todo esto para el fortalecimiento de la producción del café caturra. Lo cual dio por resultado el desequilibrio de las actividades productivas de las familias campesinas a medida que aumentaron los costos de producción por la aparición de nuevos insumos químicos que combatían las plagas emergentes pero que contaminaban el ambiente y la salud campesina. Comenzó así una crisis estructural en la producción de café, que afecto principalmente las pequeñas y medianas fincas productoras, que eran la base principal de la industria cafetera colombiana. Siendo el deterioro de la integridad cultural campesina el mayor impacto social sufrido a partir de esta época, debido a la disminución gradual del acceso y producción de alimentos sanos. Que dio como resultado la desintegración de la seguridad alimentaria de la unidad productiva familiar, transformada ahora en una empresa capitalista productora de café.

Ante esta situación las comunidades que se desarrollan actualmente en los territorios cafeteros han emprendido diferentes propuestas para la construcción de una seguridad alimentaria familiar que mejore la calidad de vida de sus habitantes, quienes mantendrán vivo y garantizaran la continuación del legado del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano en el tiempo.

Muestra de esto es la experiencia de Don Mario Montenegro un miembro activo de la comunidad de San Antonio. Oriundo de Trujillo-Valle, vivió en diferentes pueblos hasta arribar en 1963 al corregimiento de San Antonio junto a su numerosa familia conformada por 18 hermanos. Con dedicación ha fomentado la utilización de las huertas caceras y la recuperación de las semillas nativas como proceso importante para la construcción de la seguridad alimentaria familiar y la redención de las prácticas culturales campesinas. Recuperando un terreno baldío cerca a su hogar, dio forma a un grupo de huertos donde ha venido compartiendo con la comunidad sus conocimientos adquiridos en la Escuela Rural de Varones de San Antonio, donde inicio su formación en la cual a cada estudiante le asignaban una huerta para el cultivo de diferentes tipos de plantas alimenticias. A través del trabajo realizado en compañía de su familia y amigos, Don Mario ha aportando a la conservación de los servicios eco sistémicos en la región, ya que a través de la producción de diferentes especies forestales en sus sembradíos caseros ha incentivado en los caficultores de San Antonio y en la población en general, la reforestación y protección de las fuentes hídricas que nutren este territorio. Interesado por aportar a la mejora de las condiciones de vida de su comunidad.

Don Mario actualmente hace parte del equipo de trabajo del acueducto veredal. Siendo la iniciativa de Don Mario Montenegro un gran aporte a la restauración de la diversidad biológica de los paisajes rurales Andinos y la sostenibilidad del Paisaje Cultural Cafetero.

viernes, 19 de octubre de 2012

Primer Taller. Formación


Reunión de integrantes del Centro de Memoria.


Segundo Taller: Investigación


Tercer Taller: Comunicación.

Tercer Taller: Comunicación. 

 Segundo Taller: Investigación. Evaluación del taller en el corregimiento de San Antonio.
 Segundo Taller: Investigación. En el corregimiento de San Antonio.

La Galería 20 De Julio
Eliana Morales Castillo
Alejandro Restrepo C.
Mayra Viviana Valencia

Muchos sevillanos conocemos la galería, pero pocos saben su historia, la importancia que  tuvo y todos los cambios que ha sufrido a través del tiempo. Hace 60 años la galería no se ubicaba donde se encuentra hoy, o como dice en uno de los relatos de las revistas de don Javier Marulanda, el hombre que nos ofreció gran información para hacer posible este relato, “[…] lo que hoy se conoce como Parque de la Concordia, fue en otros tiempos la Plaza de Mercado, allí se trabajaba, se peliaba, se bebía y se putiaba porque mercado que se respete tiene que contar con estos elementos”.

Cuando llegan antioqueños a colonizar las tierras conocidas hoy como Sevilla, empiezan a formar una especie de caseríos, y es en los años de 1914 y 1915 que llega  el comerciante Leonidas Ramírez  de Santa Rosa de osos, municipio de Antioquia. Él es quién decide ubicar un toldo al frente de la iglesia para vender allí carne de res y de cerdo. Al  ver esto, otros comerciantes en su gran mayoría extranjeros como Árabes, Libaneses, Alemanes entre otros, y también agricultores locales que cultivaban en pequeñas parcelas diversos productos que abastecían la canasta familiar, decidieron agregar nuevos toldos y vender allí sus productos. A  este lugar dispusieron llamarlo Plaza De Mercado, un lugar en donde las personas del pueblo y lugares aledaños podían obtener provisiones para el consumo  diario.

Sevilla, en los tiempos de los toldos era considerada, Despensa Agrícola Del Valle Del Cauca, ya que la comida alcanzaba para abastecer no sólo la población interna sino para enviar a otras ciudades del centro del Valle, ahora sucede totalmente lo contrario. A pesar de que existe considerables tierras en la que se podría cultivar todo tipo de alimentos como en las décadas anteriores, los revuelteros  se tienen que abastecer de los mercados de Cajamarca, Boyacá, pasto, entre otros, ya que las tierras están ocupadas con sembradíos de café.

En los años 50 comienza el proyecto de La Plaza De Mercado Cubierto, que hoy conocemos como la Galería. Este proyecto hacía referencia a cambios tales como, el crecimiento poblacional, a una visión futurista y porque se planeaba construir el parque -actualmente Parque de la Concordia- para cumplir así con el acuerdo de 1914, expedido en el Concejo Municipal. El espacio que eligieron para esta edificación fue la Plazoleta Del Carmen, en donde se encontraban dos estatuas: una era de la virgen del Carmen y la otra era un monumento que se componía de una oz y un martillo, que puede simbolizar la lucha del pueblo y que ha sido insignia del partido comunista. Actualmente de estos dos monumentos sólo permanece la virgen.
La construcción comienzó el 1 de mayo de 1952 y concluyó dos años después en el periodo del expresidente General Gustavo Rojas Pinilla. Cuando se finalizaba la obra se inauguró y bautizó con el nombre de Galería 20 de Julio, nombre que se  presume hace referencia al día de la Independencia. Es en esta década que la Galería se encontraba en auge, pues era el punto de encuentro entre las personas de las zonas rurales y las personas del casco urbano; así se lograba el intercambio de insumos y servicios. Al llegar el viernes, varios campesinos viajaban desde las fincas hacia sus hogares para pasar el fin de semana con sus familias, estar en lugares de esparcimiento y para comprar los alimentos para sus casas. Otros campesinos como son los dueños y los agregados de las fincas, en cambio esperaban el día sábado y al llegar a la zona urbana depositaban sus productos como café, plátano, cebolla, tomate, frijol, Zanahoria, habichuela, cilantro, yuca, arracacha… en la galería y allí almorzaban al medio día en los muchos restaurantes.

A finales de 1970 aproximadamente, en el periodo mandatario del alcalde Eli Gonzales Ospina, varios expendedores de carne le solicitaban la apertura de las Famas, quienes argumentaban ante el concejo que el cambio era necesario por normas de higiene y salubridad principalmente. Otros carniceros no querían el cambio y exigían derecho al trabajo, por tal razón existen actualmente en la Galería carnicerías y en varias partes del pueblo Famas y en estas se encuentran también la revueltería, algunos víveres y abarrotes.

De esta manera la galería fue quedando rezagada al pasar los tiempos, pues los habitantes podían encontrar los productos que necesitaban en lugares más cercanos a sus casas y los campesinos a su vez tenían otros lugares a donde llegar con sus productos. Por otro lado, la infraestructura de la galería poco a poco fue decayendo, muchos argumentan que una de las causas más notorias era la falta de compromiso por parte de las administraciones políticas del municipio. A pesar de todo aún existe y se sostiene la infraestructura y varias personas se encuentran laborando allí para el sustento propio y de sus familias, bien sea vendiendo revuelto, carnes, ropa de segunda,  alimentando a campesinos y algunas personas de la zona urbana en los pocos restaurantes, en cafeterías, vendiendo plantas medicinales, también algunos aderezos para las comidas.


Los recuerdos de Don Mauro
Alexis Pérez Gutiérrez

“[…] y Sevilla ya no sería el mismo pueblo de campesinos y arrieros, ya no tendría su toque original que hace que las personas lleguen y no quieran irse jamás[…]”

Bajando para la finca La Linda, en la que trabaja, Don mauro pensaba en su vida, recordaba cómo llegó hasta aquí. Entre paso y paso, nunca se cansó de andar, empezó a trabajar desde niño en una época en la que a los niños se los tenía bajo el lema de poco estudio y mucho trabajo. Dada la situación económica que tenía con su familia en su tierra natal no había espacio para la educación. Mientras iba por el camino que conocía como la palma de su mano, después de estar en la mayoría de veredas del municipio de Sevilla en el norte del Valle, recordaba como desde niño trabajó en el campo. Nació en Pueblo de la Florida, Nariño, y sintió nostalgia por los años anteriores cuando comenzó a viajar en busca del café, desde mucho antes de los 17 años. A esta edad ya había llegado a Palmira, en donde vivió 2 años.

Continuó viajando por muchas partes de Colombia pues desde niño siempre soñó con viajar, tener aventuras, conocer nuevos lugares y ganar experiencias, esto lo impulsó a ir hasta el Huila, al Tolima y Antioquia y la mayoría de asentamientos del eje cafetero. Sin embargo, después de estar acostumbrado a llegar a un pueblo e irse de él al poco tiempo, algo particular le llamó la atención cuando llegó a Sevilla: la gente, el clima y por supuesto que aquí encontró trabajo en lo que a él más le gusta, ya que el municipio tiene como base económica el café. Llegó a Sevilla hace más de treinta años, mucho más de lo que vivió en su pueblo natal y en donde a pesar de que había café, él no quiso quedarse.

Después de caminar una hora para llegar a su trabajo, Don mauro con su machete, su gorra y su radio en su “tajo”(bolso), se prepara para empezar con el difícil, agotante e importante trabajo de cultivar café, el cual es muy mal pagado y del cual dependen muchas familias sevillanas. Lo único que lo entretiene mientras bajo el frio de la mañana coge con cuidado cada grano del preciado café, es la radio que carga para escuchar los partidos de futbol que siempre le han gustado. Su radio siempre lo acompaña esté trabajando en la vereda El Venado, San Antonio, Manzanillo, la cuchilla, Higuerones, Canoas, Cebollal, entre otras veredas que hay en el municipio. Recuerda con nostalgia que no ha habido bonanzas cafeteras semejantes a la que hubo en los años setenta, la cual favoreció a este municipio y a sus habitantes en la economía.

Sus padres les han inculcado una tradición que les infundieron sus abuelos a ellos y es la del catolicismo. Nunca puede faltar a las celebraciones de Semana Santa a las que su madre lo llevaba, ni puede dejar de hacer los pesebres o las novenas en navidad pues respeta tanto las tradiciones de su familia  que las sigue sobrellevando e intenta que su hijo las siga también.
Trabaja muy duro, limpiando, sembrando o cogiendo café hasta que el hambre lo vence y sube al mediodía a la finca, en donde espera a que le sirvan su almuerzo. Para él los alimentos son una bendición de Dios, y no desprecia ninguno, consume sus alimentos y abundante líquido de forma rápida para seguir trabajando.

Bajo el calor de la tarde se siente más cansado y los mosquitos empiezan a levantarse en contra de la humanidad pidiendo sangre, aunque esto ya para él no es nada extraño, para una persona que no está acostumbrada a ir a una finca es una tortura. Mientras escucha su partido Don Mauro se preocupa al mismo tiempo por llegar a casa a ver a su hijo, a su esposa y a saborear los alimentos que tiene ella tiene preparados para él, pero aún faltan algunas horas para poder ir a casa. Le gusta el silencio y el aire puro de campo lo ayudan a concentrarse en varias cosas al mismo tiempo. Lo que le permite sobrellevar el trabajo en el campo es saber que siempre va a llegar a casa luego de una extenuante jornada.

Por la tarde camina hacia su casa ubicada en el barrio Fernando Botero, el camino se le hace más largo por las ansias de llegar pronto, ya tiene solo las energías para caminar despacio por al cansancio del día. No podría imaginar cómo nos afectaría un día en el campo a las personas que nos cansamos solo corriendo hacia la tienda. Pero el cansancio de Don Mario se quita con la alegría que siente al llegar y tocar la puerta. Después de un día de recuerdos y nostalgias, no tiene miedo a seguir enfrentando todos los trabajos difíciles que le lleguen con el tiempo, pues entre más pase éste, más difícil es el trabajo y más barato pagan el café.

La siembra del café es una tradición que se ha ido perdiendo con las generaciones debido a los problemas que existen en el campo. Algunos jóvenes se han dejado conquistar por la globalización, abandonando las costumbres que han pasado por generaciones en Sevilla y que se han inculcado desde los primeros colonizadores, provenientes de Antioquia. Estas costumbres posiblemente no puedan pasar a las futuras generaciones y Sevilla ya no sería el mismo pueblo de campesinos y arrieros, ya no tendría su toque original que hace que las personas lleguen y no quieran irse jamás.

Siguiendo pasos…
Alejandra Arias


…Desde 1903 todos los habitantes de Sevilla -antiguo San Luis- se reúnen en el centro del poblado para hablar y socializar o simplemente para encontrarse con personas importantes. Este lugar es llamado como la Plaza de la concordia.
Los primeros habitantes llegaron a este sitio para trazar las calles de lo que sería Sevilla. Aquí mismo en la plaza se realizaron muchos encuentros de los primeros gobernantes, para decidir sobre lo que sería del futuro de la ciudad. Tiempo más adelante cuando la población ya se había expandido, la plaza aún era un terreno baldío donde las personas de mayor capital, y los propietarios de grandes tierras realizaban un festival cada año llamado el festival del amarre, que consistía en que se subastaba una parte de sus ganados para beneficio del pueblo, construcción del cuerpo de bomberos, colegios, calles y el hospital.
Es así como comienza la historia de una plaza que cuando se conoce nunca se olvida.

Transcurrió el tiempo y la plaza fue cambiando con los años, luego de ser el terreno baldío, pasó a ser el matadero, donde todos los carniceros llevaban sus animales para poder venderlos el día de mercado que siempre ha sido el sábado. De allí, paso a ser la plaza de mercado, donde las mujeres se dedicaban a realizar los almuerzos y el típico sancocho que no faltaba en sus cartas. Los hombres vendían lo producido por sus tierras, mientras que otros eran quienes surtían al pueblo con la carne de sus animales. En 1934 nació lo que hoy llamamos el llevo-llevo, espacio social donde los niños transportaban el agua para que sus madres  hicieran la comida en la plaza y lavaran sus utensilios.

Luego que se trasladó la plaza de mercado a la galería, la plaza, se trazó, se construyó y se convirtió en el punto de encuentro de todos los sevillanos. Fue el lugar donde muchas veces se hicieron las premiaciones de las carreras de bicicleta; también paso por allí más de una vez la famosa vuelta a Colombia. Todos los habitantes se reunían precisamente en la plaza para ver pasar este magnífico evento. También fue la plaza de toros en alguna época; los toreros fueron los mismos habitantes, panaderos, carniceros, matarifes, entre muchos otro. Los domingos familiares eran una buena opción ir a ver las corridas de toros; y para divertirse, la gente apostaba, brindaba y pasan un día agradable

El nombre de la plaza se debe a que la hija de uno de los alcaldes del municipio le pido a su padre que la llamara así, en recuerdo a la plaza de la concordia de parís en Francia.

Su estructura también cambio. Antes en el centro de la plaza se encontraba ubicada una fuente de agua, de la que alguna vez se abastecieron algunos de los habitantes. Allí se reunían a escuchar al padre Camilo Torres Restrepo, quien murió haciendo parte del ejército revolucionario. Más adelante la pileta fue cambiada y se colocó el odeón que es un símbolo de la plaza, allí llegaron muchos políticos para hacer sus campañas. Desde este lugar los sevillanos escucharon alguna vez a Jorge Eliecer Gaitán y a Luis Carlos Galán.
El escultor Omar Rayo dono a Sevilla su Pez de los andes en 1946 y se encuentra ubicado en uno de los costados de la plaza y se ha convertido en centro de admiración de muchas personas. Para esa época se celebraron los primeros aniversarios de Sevilla con conciertos en la plaza y fue visitada por los artistas más reconocidos en el mundo en la época como Sartita Montiel, los churumbeles de España, Berta Singerman, Enrique Rodríguez con su tango, no solo se celebran las fiestas anuales sino también el famoso Festival bandola que hace que el municipio sea visitado por muchas personas extranjeras que se enamoran de la estructura de la plaza.

Hoy en día la plaza de concordia sigue siendo el lugar de encuentro de los jóvenes y adultos, cada uno con una historia que contar, con una visión de la plaza muy diferente. El café no falta en las reuniones. Allí y entre amigos puedes compartir en la plaza de la concordia una copa y una historia.

Así se ha transformado el ambiente de mi lugar favorito, año tras año los cambios son notables, la gente es diferente, pero la plaza seguirá allí abriéndole las puertas a las personas que llegan a Sevilla, mostrando que significa ser “Sevillano”.

lunes, 15 de octubre de 2012


La Fe De Una Raza Fundadora
Por: María Alejandra Martínez Torres

En una aldea de San Luis en el año 1903, había una junta llamada pobladora, que se organizó para levantar los centros de servicio a la comunidad. Correspondió a la iglesia un solar situado en la manzana 2.
Así poco a poco los habitantes de la comunidad, por el amor a su terruño, iniciaron la construcción de una pequeña capilla de  guadua y de madera aserrada. El que inspiro la obra fue el presbítero Alfonso Sawadzky Colmenares, activo apostólico y controvertido sacerdote de origen polaco que llegó en julio 27 de 1918. Durante su administración el presbítero Sawadzky presenció el crecimiento demográfico y la urgente necesidad del culto en la ciudad, para eso se construyó una junta pro templo, para recuperar fondos para la obra de la iglesia
Después el presbítero Alfonso Sawadzky de vasta cultura, orador, muy buen periodista y gran musicólogo en los bajos de la casa cural tenía la imprenta, en la que editaban el periódico DIOS Y PATRIA. Involucrándose con la política, el presbítero motivó su retiro de la iglesia. Disposición que fue concedida por monseñor Luis Adriano Díaz.
En febrero de 1938 la torre estaba terminada en su parte bruta, cuando sobrevino el terremoto que dejo muchos daños en el país y sobretodo localmente. A partir del año  2010 la iglesia San Luis Gonzaga se encontraba en la dirección del presbítero Luis Guillermo Parra Jaramillo. Quien antes de ser el párroco del municipio ya lo conocía, y se había enamorado del pueblo y de la hermosa arquitectura  de nuestra iglesia. El párroco Parra Jaramillo propuso hacer nuevas construcciones, las cuales no se habían podido realizar por escases de dinero.
La iglesia fue declarada patrimonio cultural y se ha convertido en una de las obras más hermosas de nuestro municipio, no solo por su arquitectura sino también porque reúne a la comunidad en un lugar de paz y silencio haciendo así que la tradición  religiosa no se pierda.





La caja azul de mi Abuela

Por: Laura Lucía Rodríguez

Eran las 3:30 pm, hacía calor y era una típica tarde donde mi abuela en Cali. Karen, la nieta mayor estaba planeando una rumba por teléfono; Sarita, la menor de todas veía televisión mientras Isabella y yo  las primas del medio estábamos sentadas a su lado  y nos reíamos de una anécdota que le había pasado a Isabella en clase. De repente el televisor se apago y el sonido de la máquina de coser Singer de mi abuela se detuvo, mi abuela se levanto y lo primero que se escucho fue la voz de Karen diciendo: ¿y ahora  que paso? Mi abuela y Karen se fueron para la sala a tratar de tranquilizarnos aunque nosotras estábamos muy calmadas. Así, pasaron las horas y Karen decidió sentarse cerca a nosotros pues no tenía mucho que hacer ese día. Sara nos mostró la tarea que tenia que colorear, entonces Isabella trajo los colores del escritorio, nos sentamos en el comedor y comenzamos a pintar con Sara, yo me queje de que tenía algo de hambre, mi abuela escucho  y nos dijo: Niñas, ¿quieren gelatina o que les gustaría comer? Entonces nos miramos  Karen y yo y respondimos a la vez: Gelatina está bien.
Mi abuela al ver que no podía adelantar sus costuras se sentó en la sala y nos escuchaba hablar de colores, tareas y las  cosas sobre la banda favorita de Isabella. Entonces note que se quedaba mirando fijamente una caja en el bife, hasta ese momento yo nunca le había prestado atención a los objetos del bife pero decidí preguntarle: Abuela, ¿Qué guardas en esa caja azul? Entonces se quedo mirándome como si no quisiera hablar del tema, se paro, recogió los platos y las cucharas en que comimos gelatina y se fue.
En la noche llego mi tío Rober y se llevo a Isa porque tenia que terminar unas tareas, Karen se fue para su rumba y a Sarita también la había recogido mi tía Beatriz. Yo dormiría esa noche allí y no tenia ni idea de que hablar con mi abuela porque todo lo que yo le preguntaba se prestaba para un sermón o una lección de cómo ser mejor persona. Mientras ella terminaba un vestido para la señora del apartamento 306 yo prendí el televisor, no encontré nada interesante pero decidí dejarlo prendido y mirar solo un poco que contenía la caja azul del bife.
Estaba empolvada y estornude, pero yo seguía escuchando el pedal de la maquina entonces todo estaba bien. Cuando destape la caja encontré una carta, una caja musical y una lámpara en forma de ángel rota. Sé que las cartas ajenas no se deben leer, pero tenia mucha curiosidad y decidí ojearla, lo único que decía eran ingredientes para un remedio, ni una historia, nada, era un papel amarillo donde solo se entendían las palabras yerbabuena, canela y no recuerdo mucho más. Estaba tan frustrada de no haber encontrado nada interesante que me había olvidado del ruido, salte porque al levantar la mirada me encontré con los ojos de mi abuela clavados en mi, se acercó y se sentó en el mueble grande frente a mi y empezó a decir:
Laura, déjame ver eso.
Yo se lo pase sin decir nada.
-          “… Mira esta carta que estás leyendo es de un remedio que sirve para los bronquios, que bueno que la encontré. Este angelito me lo dio tu abuelo en un cumpleaños, no lo saco porque esta ala esta rota y tengo que arreglarlo”.

Entonces note como tocaba la caja musical pero no me hablaba de esta, entonces le dije:

-          “¿Y esta caja abuela?”

Ella se puso seria y respondió:
-          “Esta caja musical la tengo desde hace más de 40 años y me gusta mucho pero por lo que guarda. Cuando yo tenia mas o menos tu edad, me gustaba mucho un muchacho Mono, alto y muy apuesto, Humberto, fuimos novios 4 años, por alguna razón nunca fuimos nada más que eso, el, nunca me propuso ser nada mas, no era como en esta época, yo no salía con amigas a discotecas como lo hace Karen , ni me ponía a ver cosas en el computador como ustedes, yo tenía que hacer oficio con mi mamá y solo podía ver a Humberto si él iba a la casa a hacerme visita.”
-          “Humberto vivía muy ocupado y todas las tardes pasaba este muchacho mono y me mandaba saludes con un amigo, este muchacho era José Domingo tu abuelo o Tocayo como todos le decían, me fastidiaba porque a mí me gustaba era Humberto pero Tocayo seguía detrás mío.”
-          “Un día Humberto fue a la casa a despedirse de mi, me dio esta cajita musical y se fue, no me dio ninguna explicación y yo nunca se la pedí. Paso una semana y yo lo veía con sus amigos feliz, pero yo me sentía sola, claro que Tocayo seguía dejándome saludes y me invitaba a salir.”
-          “Tiempo después quise darle una oportunidad y empecé a verme con Tocayo en la casa, luego el hablo con mis papas y ya planeamos el matrimonio, yo estaba feliz porque finalmente podría tener mi propia familia pero esta felicidad se iba cada vez que veía a Humberto con Margarita por el parque. Yo me case, tuve a tu tía Teresa, a tu mamá, a tu tío Rober y luego a tu tía Beatriz.”
-          “Pero una tarde, cuando llegaba tu mamá del colegio, sonó la sirena y en todo Sevilla se escuchó, yo me asuste mucho, tocaron la puerta y era mi vecina, agitada me conto que había ocurrido un accidente en la carretera y empezó a nombrar a varios conocidos, pero cuando dijo Humberto fue cuando mas me asuste, era el, no pregunte nada mas. Lo siguiente que supe fue que se había muerto en el accidente y esta cajita musical con estos aretes son el único recuerdo que me queda de él.”

En ese momento no sabía que decir, mi abuela estaba casi llorando, se levanto fue por un vaso con agua y sonrió, me cambio el tema y dijo:
-“Bueno Laura esas ya son historias viejas, ya es hora de que se acueste porque tiene que madrugar y le salen ojeras, jajaja.”
La mire la abrace y me fui a poner la pijama, desde entonces cada que voy a visitarla, miro la caja azul y no permito que nadie la abra, la desempolvo y la dejo en el mismo lugar del bife. 

Una historia con sabor  a café
Por: Juanita Gómez Arias

Un día cualquiera en los años 20, Gilberto Mora va desde su finca a caballo hasta la fonda de Palomino por unos cigarrillos. Allí se encuentra con Helena Trujillo Álvarez oriunda de Neira, Caldas quien se encontraba de paseo donde su hermano el dueño de la fonda. Días después Gilberto regresa con un racimo de guamas con el que conquista a la mujer, contraen matrimonio y conciben varios hijos, entre estos a Clarita.

Al pueblo Sevilla llegaron 3 familias de arrieros desde Neira  en Caldas. Buscaban fortuna y tierra. Vendieron sus mulas y con ese dinero montaron un negocio llamado El Salón Azul con granero, compra de café y cantina.

A mediados de la década de los años 50 Clarita Mora, hija de Gilberto para entonces un líder Liberal y Leónidas Gómez, hijo de otra de las familias de arrieros que llegaron de Neira, pero de familia conservadora, iniciaron un noviazgo difícil por la violencia bipartidista en la región.  Finalmente Clarita y Leónidas lograron casarse y tuvieron cinco hijos. Estando embarazada Clarita y con hijos pequeños, asesinaron a su padre.  Ante el recrudecimiento de la violencia se marcharon del municipio. Solo se quedó Leónidas con su esposa e hijos.

Hasta ese momento Leónidas Gómez  era zapatero.  Pero cuando  su padre se  marchó le dejó un almacén para la compra de café. En el año 70  logró comprar su primera finca de cafetera: La Argelia. Con el éxito de su negocio de compra de café y con la producción cafetera de su finca, logró comprar otras tierras en compañía de su esposa Clarita Mora quien para esa época ya había regresado. En el año 81  Leónidas falleció y quedaron a cargo del negocio de café y de las fincas sus dos hijos mayores. Clarita los acompañó en este proceso.

Diversifican el negocio y comenzaron a comercializar también plátano, en almacenes de cadena Cali por un tiempo.  Adquirieron más tierra, pero pronto decidieron dedicarse solo a la producción cafetera. Es una época próspera para la familia, tanto así que dejan de lado la compra de café para dedicarse solo a la producción del grano. Adquieren nuevas tierras  y crean una sociedad de familia. Esta sociedad y las compras ahora se manejan con el apoyo de créditos bancario.

En 1999 secuestraron a uno de los miembros de la familia. Lo asesinaron en el 2008.

Pero el empuje cafetero de la familia no paró. Se iniciaron desde el 2000 en la trilla y exportación del grano para el mercado internacional, tostado para el mercado interno.

Esta es la historia de una familia cafetera como varias de la región. Su historia nos habla de violencias en el país, pero también de la forma en que las familias cafeteras fueron creciendo, prosperando, cambiando la producción compra y venta del grano y modelando a su vez, lo que hoy conocemos como el paisaje cultural cafetero de Sevilla en el Valle.