viernes, 19 de octubre de 2012


Siguiendo pasos…
Alejandra Arias


…Desde 1903 todos los habitantes de Sevilla -antiguo San Luis- se reúnen en el centro del poblado para hablar y socializar o simplemente para encontrarse con personas importantes. Este lugar es llamado como la Plaza de la concordia.
Los primeros habitantes llegaron a este sitio para trazar las calles de lo que sería Sevilla. Aquí mismo en la plaza se realizaron muchos encuentros de los primeros gobernantes, para decidir sobre lo que sería del futuro de la ciudad. Tiempo más adelante cuando la población ya se había expandido, la plaza aún era un terreno baldío donde las personas de mayor capital, y los propietarios de grandes tierras realizaban un festival cada año llamado el festival del amarre, que consistía en que se subastaba una parte de sus ganados para beneficio del pueblo, construcción del cuerpo de bomberos, colegios, calles y el hospital.
Es así como comienza la historia de una plaza que cuando se conoce nunca se olvida.

Transcurrió el tiempo y la plaza fue cambiando con los años, luego de ser el terreno baldío, pasó a ser el matadero, donde todos los carniceros llevaban sus animales para poder venderlos el día de mercado que siempre ha sido el sábado. De allí, paso a ser la plaza de mercado, donde las mujeres se dedicaban a realizar los almuerzos y el típico sancocho que no faltaba en sus cartas. Los hombres vendían lo producido por sus tierras, mientras que otros eran quienes surtían al pueblo con la carne de sus animales. En 1934 nació lo que hoy llamamos el llevo-llevo, espacio social donde los niños transportaban el agua para que sus madres  hicieran la comida en la plaza y lavaran sus utensilios.

Luego que se trasladó la plaza de mercado a la galería, la plaza, se trazó, se construyó y se convirtió en el punto de encuentro de todos los sevillanos. Fue el lugar donde muchas veces se hicieron las premiaciones de las carreras de bicicleta; también paso por allí más de una vez la famosa vuelta a Colombia. Todos los habitantes se reunían precisamente en la plaza para ver pasar este magnífico evento. También fue la plaza de toros en alguna época; los toreros fueron los mismos habitantes, panaderos, carniceros, matarifes, entre muchos otro. Los domingos familiares eran una buena opción ir a ver las corridas de toros; y para divertirse, la gente apostaba, brindaba y pasan un día agradable

El nombre de la plaza se debe a que la hija de uno de los alcaldes del municipio le pido a su padre que la llamara así, en recuerdo a la plaza de la concordia de parís en Francia.

Su estructura también cambio. Antes en el centro de la plaza se encontraba ubicada una fuente de agua, de la que alguna vez se abastecieron algunos de los habitantes. Allí se reunían a escuchar al padre Camilo Torres Restrepo, quien murió haciendo parte del ejército revolucionario. Más adelante la pileta fue cambiada y se colocó el odeón que es un símbolo de la plaza, allí llegaron muchos políticos para hacer sus campañas. Desde este lugar los sevillanos escucharon alguna vez a Jorge Eliecer Gaitán y a Luis Carlos Galán.
El escultor Omar Rayo dono a Sevilla su Pez de los andes en 1946 y se encuentra ubicado en uno de los costados de la plaza y se ha convertido en centro de admiración de muchas personas. Para esa época se celebraron los primeros aniversarios de Sevilla con conciertos en la plaza y fue visitada por los artistas más reconocidos en el mundo en la época como Sartita Montiel, los churumbeles de España, Berta Singerman, Enrique Rodríguez con su tango, no solo se celebran las fiestas anuales sino también el famoso Festival bandola que hace que el municipio sea visitado por muchas personas extranjeras que se enamoran de la estructura de la plaza.

Hoy en día la plaza de concordia sigue siendo el lugar de encuentro de los jóvenes y adultos, cada uno con una historia que contar, con una visión de la plaza muy diferente. El café no falta en las reuniones. Allí y entre amigos puedes compartir en la plaza de la concordia una copa y una historia.

Así se ha transformado el ambiente de mi lugar favorito, año tras año los cambios son notables, la gente es diferente, pero la plaza seguirá allí abriéndole las puertas a las personas que llegan a Sevilla, mostrando que significa ser “Sevillano”.

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