Siguiendo pasos…
Alejandra
Arias
…Desde 1903 todos
los habitantes de Sevilla -antiguo San Luis- se reúnen en el centro del poblado
para hablar y socializar o simplemente para encontrarse con personas
importantes. Este lugar es llamado como la Plaza
de la concordia.
Los primeros
habitantes llegaron a este sitio para trazar las calles de lo que sería Sevilla.
Aquí mismo en la plaza se realizaron muchos encuentros de los primeros
gobernantes, para decidir sobre lo que sería del futuro de la ciudad. Tiempo más
adelante cuando la población ya se había expandido, la plaza aún era un terreno
baldío donde las personas de mayor capital, y los propietarios de grandes
tierras realizaban un festival cada año llamado el festival del amarre, que consistía en que se subastaba una parte
de sus ganados para beneficio del pueblo, construcción del cuerpo de bomberos,
colegios, calles y el hospital.
Es así como comienza
la historia de una plaza que cuando se conoce nunca se olvida.
Transcurrió el
tiempo y la plaza fue cambiando con los años, luego de ser el terreno baldío, pasó
a ser el matadero, donde todos los carniceros llevaban sus animales para poder
venderlos el día de mercado que siempre ha sido el sábado. De allí, paso a ser
la plaza de mercado, donde las mujeres se dedicaban a realizar los almuerzos y
el típico sancocho que no faltaba en
sus cartas. Los hombres vendían lo producido por sus tierras, mientras que
otros eran quienes surtían al pueblo con la carne de sus animales. En 1934
nació lo que hoy llamamos el llevo-llevo,
espacio social donde los niños transportaban el agua para que sus madres hicieran la comida en la plaza y lavaran sus
utensilios.
Luego que se
trasladó la plaza de mercado a la galería, la plaza, se trazó, se construyó y
se convirtió en el punto de encuentro de todos los sevillanos. Fue el lugar
donde muchas veces se hicieron las premiaciones de las carreras de bicicleta;
también paso por allí más de una vez la famosa vuelta a Colombia. Todos los
habitantes se reunían precisamente en la plaza para ver pasar este magnífico
evento. También fue la plaza de toros en alguna época; los toreros fueron los
mismos habitantes, panaderos, carniceros, matarifes, entre muchos otro. Los
domingos familiares eran una buena opción ir a ver las corridas de toros; y para
divertirse, la gente apostaba, brindaba y pasan un día agradable
El nombre de la
plaza se debe a que la hija de uno de los alcaldes del municipio le pido a su
padre que la llamara así, en recuerdo a la plaza de la concordia de parís en Francia.
Su estructura también
cambio. Antes en el centro de la plaza se encontraba ubicada una fuente de
agua, de la que alguna vez se abastecieron algunos de los habitantes. Allí se reunían
a escuchar al padre Camilo Torres Restrepo, quien murió haciendo parte del ejército
revolucionario. Más adelante la pileta fue cambiada y se colocó el odeón que es un símbolo de la plaza,
allí llegaron muchos políticos para hacer sus campañas. Desde este lugar los
sevillanos escucharon alguna vez a Jorge Eliecer Gaitán y a Luis Carlos Galán.
El escultor Omar
Rayo dono a Sevilla su Pez de los andes
en 1946 y se encuentra ubicado en uno de los costados de la plaza y se ha
convertido en centro de admiración de muchas personas. Para esa época se
celebraron los primeros aniversarios de Sevilla con conciertos en la plaza y fue
visitada por los artistas más reconocidos en el mundo en la época como Sartita
Montiel, los churumbeles de España, Berta Singerman, Enrique Rodríguez con su
tango, no solo se celebran las fiestas anuales sino también el famoso Festival bandola que hace que el
municipio sea visitado por muchas personas extranjeras que se enamoran de la
estructura de la plaza.
Hoy en día la plaza
de concordia sigue siendo el lugar de encuentro de los jóvenes y adultos, cada
uno con una historia que contar, con una visión de la plaza muy diferente. El
café no falta en las reuniones. Allí y entre amigos puedes compartir en la
plaza de la concordia una copa y una historia.
Así se ha
transformado el ambiente de mi lugar favorito, año tras año los cambios son
notables, la gente es diferente, pero la plaza seguirá allí abriéndole las
puertas a las personas que llegan a Sevilla, mostrando que significa ser
“Sevillano”.
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