lunes, 15 de octubre de 2012


Manos a la tierra...

Por: Karel Bibiana Sánchez

Entra por los poros el ambiente a paz, ellos no sufren por una comunidad ruidosa, escuchan el silencio y se sienten a gusto con sus montañas.

Se sienten libres con su paisaje, con el verde a su alrededor, con todo lo que poseen y agradecen lo que tienen con total serenidad.

Que lindos campesinos que sin juzgar ven a su prójimo como de su hogar y brindan todo lo suyo para el bienestar.

¡Hay campesinos! Que haríamos nosotros la sociedad sin sus manos en la tierra, gracias por sembrar.

“Mis mañanas son alegres, me levanto al son del quiquiriquí, ordeño a pancha, a manchas y las otras vacas, mi tinto echa humo y lo agarro con esa mañita y necesidad de calor. Ya cumpliendo  mis tareas, me baño de prisa y salgo a caminar, miro cada detalle natural y recuerdo antepasados, como mis hermanos jugaban por todos estos cafetales y se sentían libres, libres de riesgo , libres de tenciones, no se cambiaban por nadie; se sentían tan únicos e irrepetibles que no dudaban en vivir.

Todo esta bien hasta allí, todo era y es hermoso aun, pero con distinto tono, se tomaron nuestras tierras con sus imponencias capitalistas. Dijeron “tener mil oportunidades para nosotros, salud, educación, bienestar y protección”. Ahora ¡jum!, ahora solo tenemos tierras abandonadas, tratamos de construirlas de nuevo pero cosa que conseguimos cosa que empeñamos, protestamos, pero nuestra voces se hunden al entrar allá la voz mayor, no nos tienen en cuenta, nos excluyen.

Somos unos mas del montón, dicen ¡hay vienen los montañeros, hay están los ignorantes!  No reconocen que estos ignorantes, estos montañeros, trabajamos día a día en el campo, con sol, con agua con necesidades, necesidades que creo el estado. Estos montañeros no lo hacen por obligación, lo hacen por amor y de ser montañero yo, estoy orgulloso, y aunque de mis tierras me quieran quitar, de aquí yo no me voy.

Porque no soy un perdedor ni un cobarde y es que es mi vida, es mi hogar, es mi todo. Mi tierra la amo y ahí permaneceré.”

Esto lo describe un campesino arraigado a sus raíces y totalmente desacuerdo con las injusticias del estado,  del gobierno.

Algo que no es desconocido ya que al campesino lo rechazan, lo discriminan, lo tildan de mil maneras para sacarlo de donde quiera estar.

Los campesinos como cualquier ser humano, tienen derecho a una alimentación, bienes públicos y personales, la subsistencia general de la familia, que para ellos es supremamente indispensable.

A partir del trabajo están  fallando totalmente, hay una resignación, de esto viven y es lo único que saben hacer en su vida, se han dedicado todo el tiempo a sembrar, a generar bienes para la sociedad.   “SE DESEA VIVIR MEJOR “.

Sin violencia, sin despojos, sin desplazamientos y sin engaños.

Es importante abrir los ojos ante esto, solidarizarnos y reflexionar sobre esto. No es caso solo del gobierno, es caso de nosotros, jóvenes, adultos y ancianos, sea quien sea del estrato que sea. TODOS comemos, y es gracias al campesino, por eso y por qué es también un ser humano, que siente, que respira, que pide justicia, que tiene sus raíces, debemos dejar  de ser anti campesinos, para pasar serlo, no necesaria mente de sembrar alimentos o de estar en una finca, se puede hacer de corazón.  





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