SOBERANÍA
ALIMENTARIA FAMILIAR EN EL PCC
Corregimiento de San Antonio,Sevilla - Valle del Cauca,
Juan
Camilo Cortés González
Estos primeros poblados como
San Antonio basaron su sustento en la producción agrícola,que se vio
fortalecida por la fuerza de trabajo de sus crecientes núcleos familiares y el
aprovechamiento de la gran disponibilidad de recursos naturales brindados por el
ecosistema Andino. Cultivando especies como el maíz, fríjol, siembras de raíces
y tubérculos entre una gran variedad de hortalizas, frutales y medicinales, mantuvieron
un frágil equilibrio entre la diversidad biológica presente en la región y los
sembradíos establecidos por los colonos. Satisfaciéndose de esta manera las
necesidades alimenticias de los campesinos antioqueños. Estos cultivos fueron
coordinados con parcelas de una importante especie que se convirtió en la
solución a las dificultades de la economía exportadora del país a finales del
siglo XIX y comienzos del XX, “el café” una baya descubierta al norte de África
e introducida en América a través de la Guyana Francesa, que se extendió a Venezuela y posteriormente llego a
Colombia.
Estos nuevos asentamientos
impulsaron su desarrollo a través de la producción de diferentes tipos de
alimentos, producción que fue disminuyendo gradualmente ante la concentración
del campesinado en el cultivo de café, el cual se adapto fácilmente a las
condiciones de los suelos montañosos de la Cordillera Central.
La producción de café en Colombia
como actividad económica inicio en los Santanderes donde fue una actividad
productiva de hacendados, que disminuyo entre 1910 y 1930 por el aumento de los
costos de producción y manejo de grandes extensiones. En este sentido este
cultivo era más rentable a pequeña escala, pasando a ser una actividad más
productiva para las emergentes familias campesinas, étnicamente diversas y
llenas de valores culturales. Naciendo con la llegada de la despulpadora manual
una de las agroindustrias rurales más importantes del país. Entre 1940 y 1970
la industria cafetera colombiana tuvo distintos avances y obstáculos.
Presentándose en 1970 uno de los hechos más marcados en la historia cafetera, la
llegada del modelo caturra a libre exposición, que trajo consigo plagas como la
roya y la broca, como resultado del desequilibrio ambiental que se ocasiono para
beneficiar este variedad. Ya que se tuvieron que sacrificar los cultivos que
conformaban la alimentación campesina y gran parte de la biodiversidad presente,
todo esto para el fortalecimiento de la producción del café caturra. Lo cual
dio por resultado el desequilibrio de las actividades productivas de las
familias campesinas a medida que aumentaron los costos de producción por la
aparición de nuevos insumos químicos que combatían las plagas emergentes pero
que contaminaban el ambiente y la salud campesina. Comenzó así una crisis estructural
en la producción de café, que afecto principalmente las pequeñas y medianas
fincas productoras, que eran la base principal de la industria cafetera
colombiana. Siendo el deterioro de la integridad cultural campesina el mayor
impacto social sufrido a partir de esta época, debido a la disminución gradual
del acceso y producción de alimentos sanos. Que dio como resultado la
desintegración de la seguridad alimentaria de la unidad productiva familiar,
transformada ahora en una empresa capitalista productora de café.
Ante esta situación las
comunidades que se desarrollan actualmente en los territorios cafeteros han
emprendido diferentes propuestas para la construcción de una seguridad alimentaria
familiar que mejore la calidad de vida de sus habitantes, quienes mantendrán
vivo y garantizaran la continuación del legado del Paisaje Cultural Cafetero
Colombiano en el tiempo.
Muestra
de esto es la experiencia de Don Mario Montenegro un miembro activo de la
comunidad de San Antonio. Oriundo de Trujillo-Valle, vivió en diferentes
pueblos hasta arribar en 1963 al corregimiento de San Antonio junto a su
numerosa familia conformada por 18 hermanos. Con dedicación ha fomentado la
utilización de las huertas caceras y la recuperación de las semillas nativas como
proceso importante para la construcción de la seguridad alimentaria familiar y
la redención de las prácticas culturales campesinas. Recuperando un terreno
baldío cerca a su hogar, dio forma a un grupo de huertos donde ha venido
compartiendo con la comunidad sus conocimientos adquiridos en la Escuela Rural
de Varones de San Antonio, donde inicio su formación en la cual a cada
estudiante le asignaban una huerta para el cultivo de diferentes tipos de
plantas alimenticias. A través del trabajo realizado en compañía de su familia
y amigos, Don Mario ha aportando a la conservación de los servicios eco
sistémicos en la región, ya que a través de la producción de diferentes
especies forestales en sus sembradíos caseros ha incentivado en los caficultores
de San Antonio y en la población en general, la reforestación y protección de las
fuentes hídricas que nutren este territorio. Interesado por aportar a la mejora
de las condiciones de vida de su comunidad.
Don
Mario actualmente hace parte del equipo de trabajo del acueducto veredal. Siendo
la iniciativa de Don Mario Montenegro un gran aporte a la restauración de la
diversidad biológica de los paisajes rurales Andinos y la sostenibilidad del
Paisaje Cultural Cafetero.
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